Alicia Riaño López, a beloved wife, mother, grandmother, aunt, and friend, passed away peacefully on November 17, 2025, surrounded by the love of her family.
Born on February 19, 1942, in Bogotá, Colombia, Alicia enjoyed a beautiful childhood that shaped her generous spirit. She dedicated 30 years to Northrop Grumman as an accountant, earning respect for her hard work and professionalism. Throughout her life, she was known for her love of food, dancing, gardening, traveling, and her contagious sense of humor.
Alicia lived a life defined by kindness, diplomacy, and an unwavering devotion to her loved ones. Family was the heart of her world, and she poured her love into every moment spent with her children and grandchildren.
She is survived by her husband, José Cifuentes; her son, Álvaro Riaño; her daughter, Luz Mery Garzan; her granddaughter, Sophia Garzan; her grandsons, Cesar and Yashar Garzan, and Bryan Riaño; and her sister, Evelia Suanca. She was preceded in death by her son, César Riaño (1965–1993), and her first husband, Dioselino Riaño, with whom she shared 26 years of marriage until his passing in 1988.
Alicia will be remembered for her remarkable hospitality, her talent for entertaining, and her delicious cooking. She had a gift for bringing people together with warmth and grace. Her love of travel filled her life with adventure and allowed her to reconnect with her roots around the world. Those moments of joy and laughter remain among her family’s most cherished memories.
Her legacy lives on in the lives she touched, the values she instilled, and the love she shared so freely. Though she will be deeply missed, her spirit continues to shine brightly in the hearts of all who knew her.

Alicia Riaño López, querida esposa, madre, abuela, tía y amiga, falleció en paz el 17 de noviembre de 2025, rodeada del amor de su familia.
Nacida el 19 de febrero de 1942 en Bogotá, Colombia, Alicia disfrutó de una infancia hermosa que moldeó su espíritu generoso. Dedicó 30 años a Northrop Grumman como contadora, ganándose el respeto por su arduo trabajo y su profesionalismo. A lo largo de su vida, se destacó por su amor por la comida, el baile, la jardinería y los viajes, y por su contagioso sentido del humor.
Alicia vivió una vida marcada por la bondad, la diplomacia y una devoción inquebrantable hacia sus seres queridos. La familia era el centro de su mundo y entregó su amor en cada momento compartido con sus hijos y nietos.
Le sobreviven su esposo, José Cifuentes; su hijo, Álvaro Riaño; su hija, Luz Mery Garzan; su nieta, Sophia Garzan; sus nietos, César y Yashar Garzan, y Bryan Riaño; y su hermana, Evelia Suanca. Le precedieron en la muerte su hijo César Riaño (1965–1993) y su primer esposo, Dioselino Riaño, con quien compartió 26 años de matrimonio hasta su fallecimiento en 1988.
Alicia será recordada por su extraordinaria hospitalidad, su talento como anfitriona y su delicioso sazón y habilidad en la cocina. Tenía el don de reunir a las personas con calidez y gracia. Su amor por los viajes llenó su vida de aventuras y le permitió reconectarse con sus raíces en todo el mundo. Esos momentos de felicidad y risas permanecen entre los recuerdos más preciados de su familia.
Su legado vive en las vidas que tocó, en los valores que inculcó y en el amor que compartió tan generosamente. Aunque será profundamente extrañada, su espíritu continúa brillando en los corazones de todos los que la conocieron.